El té en sus múltiples presentaciones es la segunda bebida más consumida del mundo después del agua. La costumbre de servir hojas de la planta del té (Camellia Sinensis) para conferir un buen sabor al agua hervida se utilizó por primera vez en China hacia el año 2500 a. C. y desde entonces se ha expandido a casi todas las regiones del mundo, con una gran aceptación de los consumidores.Consumido inicialmente como un tónico medicinal, la popularidad del té fue creciendo hasta convertirse en una bebida mística que desarrolló nuevas tradiciones y rituales para su consumo. El té fue tan importante para la cultura china que incluso tuvo su Edad de Oro -durante la dinastía Tang- y su libro sagrado, el Cha Sing o Arte Clásico del Té, en el que se detallan de forma poética las diferentes técnicas y maneras de prepararlo. Otra contribución del té fue el desarrollo de la cerámica en China, con el propósito de desarrollar utensilios para su consumo que caracterizaran y diferenciaran la riqueza de la gente que los poseía.Cuándo empezamos a beber té?Las leyendas…Según la leyenda popular china, el descubrimiento del té fue una maravillosa coincidencia. Su descubrimiento se atribuye al erudito emperador chino Shen Nung, quien durante su mandato ordenó como obligatorio hervir toda el agua destinada para el consumo humano. Un día, mientras descansaba a la sombra de un árbol de té silvestre, una ligera brisa de verano agitó las ramas del árbol, desprendiendo varias hojas de sus ramas. Por buena fortuna, las hojas cayeron en el agua que estaba hirviendo. La infusión adquirió entonces un aroma agradable, que despertó la curiosidad del monarca por probar tal mezcla. La bebida, deliciosamente refrescante y reconstituyente, le cautivó instantáneamente.Una leyenda de India describe la historia del Príncipe Siddhartha Gautama o Boddhidharma, el fundador del Budismo, quien se arrancó los párpados por la frustración de no poder permanecer despierto durante la meditación mientras viajaba por China. Y nació una planta de té en el lugar donde cayeron sus párpados, brindando así ese cultivo la habilidad de permanecer despierto, meditar y alcanzar el entendimiento.Hoy en día, India es el segundo mayor productor de té a nivel mundial, a la vez que los tés de las regiones indias de Darjeeling y Assam son reconocidos como los más finos del mundo.La ruta del té y los caballosLa ruta del té y los caballos fue una ruta comercial entre Lhasa en el Tíbet y la zona productora de té en Sichuan en China. Esta ruta que cruza la meseta del Tíbet, supera en algunos pasos alturas de 5000 metros sobre el nivel del mar. La ruta, transportando té hacia Lasha y caballos en el sentido contrario, estuvo activa hasta mediados del siglo XX. El primer tramo de la ruta entre Yaan y Kangding en China, donde el té era transportado por porteadores demoraba unos 20 días. Las cargas transportadas superaban frecuentemente el peso del mismo porteador, hombres y mujeres llevaban hasta 135 kilogramos. Ancestralmente cada Kilogramo de té transportado era recompensado con un kilogramo de arroz.En Kangding, a unos 2550 metros sobre el nivel del mar, el té era cocido y envuelto en paquetes impermeables, protegidos con piel de yak, cargados en caravanas que demoraban 3 meses en llegar a Lhasa.Según antiguas tradiciones, la afición de los tibetanos por el té se remonta al siglo VII de nuestra era, introducido por la esposa china del monarca tibetano. El té utilizado en el Tíbet es la variedad más rústica de la planta del té. En efecto los bloques de té enviados se preparan, hasta nuestros días, con los tallos, las ramas y las hojas más grandes, lo que lo hace más amargo.A partir del siglo XVIII los ladrillos de té se convirtieron en moneda de cambio, en el siglo XII el comercio alcanzaba anualmente millones de kilos para cambiarlos por unos 25.000 caballos para el ejército chino.¿Y cómo llegó a Occidente?El té entró en contacto con los europeos por primera vez en la India, cuando los portugueses llegaron a ella en 1497, ya que en la India el uso del té estaba muy extendido. El primer cargamento de té debió llegar a Ámsterdam (Holanda) hacia 1610, por iniciativa de la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales. En Francia no aparece la nueva bebida hasta 1635 o 1636. En Inglaterra, el té negro llega a través de Holanda y de los cafeteros de Londres que lo pusieron de moda hacia 1657. El consumo de té solo adquirió notoriedad, en Europa, en los años 1720-1730. Empieza entonces un tráfico directo entre China y Europa. Para este momento, aún el consumo en Europa oriental era mínimo y casi exclusivo de Holanda e Inglaterra. Francia consumía muy poco, Alemania prefería el café y España era aún menos aficionada. Pero, con el tiempo y con la ayuda de los comerciantes europeos, el té llegó a todo el mundo, tanto para su cultivo como para su consumo.El té helado es también una forma popular de consumir la bebida. Se ha marcado como fecha de “invención” 1904, en la feria de St. Louis. Está escrito en un artículo de The New York Times de 1961. Sin embargo, Johann Georg Kohl ya había descrito este uso de la bebida en 1842 al escribir la manera en que los rusos conservaban hielo del invierno para utilizarlo durante el verano.En 1904, gracias a Thomas Sullivan se populariza la bolsa de té. Ésta pretendía solo indicar la dosis para una taza, requiriendo abrirla para usar su contenido. Sin embargo, los clientes, por error, utilizaron las bolsas mismas como parte de la preparación del té, al modo en que se acostumbre actualmente. Este simple producto sufrió diversas modificaciones y no fue sino hasta 1964 que aparece la bolsa de té que encontramos actualmente en venta.El té negro llega a América con los primeros exploradores en 1492. El té negro se hace famoso en los Estados Unidos en 1773 cuando los colonos arrojaron té negro en la Bahía de Boston durante el Motín del té en Boston. Este gesto simbólico fue uno de los primeros eventos de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos contra Inglaterra. La tradicional “hora del té”, las 5 de la tarde, tiene su origen en la hora de la merienda de los trabajadores, que acababan su jornada laboral y merendaban té con galletas o bollos. Posteriormente el té llegó a la corte inglesa introducido por la princesa portuguesa Catalina de Braganza, esposa del rey Carlos II, quien recibió en regalo de bodas una caja de té traído desde China. El carácter chino para té es 茶 y tiene pronunciaciones diferentes en distintas lenguas chinas. La mayoría de éstas lo pronuncian de modo cercano a cha (en mandarín se dice chá), pero en chino min (hablado en la costa central de China y en el sureste asiático) se pronuncia te. Son estas dos pronunciaciones de la palabra china para té las que han sido usadas en otros lenguajes alrededor del mundo y revelan dónde fue que estas naciones adquirieron la cultura del té.